Noche de Cacería..!!

Estuvimos toda la semana planeando las salida de aquel día sábado, ¿Quién va? ¿Dónde vamos? ¿Qué me pongo? ¡Mínimo me tengo que comprar una polera! ¡Supe que va a ir tu “ex” también! ¿Lo extrañai? ¡Siempre digna, tení que verte regia! ¡Weona apúrate que tenemos que pasar a tomar antes! ¿Compraste cigarros? ¡Salud, porque al fin nos juntamos todos de nuevo! ¡Arriba, abajo, al centro y pa’ dentro! Es cierto, nos juntamos todos de nuevo, pero de los siete, cuatro vienen acompañados.

Al fin llegamos, son más de la 1am, entramos tipo “Divas” saludando a todos los conocidos, que no son pocos; te acercas a la barra y pides lo de siempre, mientras te sirven el trago te das vuelta lenta y sistemáticamente, pero tratando de disimular que estas echando un vistazo para ver que hay de nuevo, te das cuenta que la mitad son los de siempre, y la otra mitad se divide entre parejas, viejos verdes, pendejos tratando figurar, gente X, y uno que otro que salva, pero como te crees “Diva” y llegas tarde ya no hay mucho por donde elegir, vuelves con tu “grupo”, porque quedan tres, las otras parejas ya se fueron por ahí, y empiezas a bailar en “circulo” echando uno que otro vistazo por si se te paso algún “Detalle”. Va pasando el rato y te encuentras con más conocidos que vienen llegando, sigues bailando y de repente te tocan el hombro, tú te volteas lentamente y… ¡Wow! Que bella aparición, se te había pasado por alto tan bello espécimen, tu le sonríes, “¿Te puedo hacer una pregunta?, tú, disimulando tu cara de gato en carnicería, le contestas “Dime…”, ¿Cómo se llama tu amig@? Y tu no te lo puedes creer, a regañadientes le contestas, y miras a tu amig@ con cara de “Te voy a matar marak@”. Sigues bailando con tu “grupo”, ya va un@ menos, aún es temprano y no le das mayor importancia. Vas al baño, en el camino cruzaste la mirada con alguien, coqueteas, sigues tu camino al baño esperando que esa persona siga ahí a tu regreso… pero al volver, bah! Donde se metió, recorres la multitud buscando un rostro, pero no lo encuentras, derrotado vuelves a tu “grupo” pero te das cuenta que la persona que quedaba ya encontró compañero de danza, y ves que todo el mundo se zangolotea al son de la música, ¡Pum, Pum, Pum! Y tú te mueves casi por inercia pero… ¿quien dijo que bailar solo era entretenido?
Te acercas nuevamente a la barra, y esperas… esperas… te tomas otro trago para endulzar la espera… miras la hora: 4:17, y piensas “Mierda!”, a esa hora ya te han hecho efecto todos los tragos que te has tomado. De repente cuando menos lo esperas y al fin algo estaba picando escuchas esa maldita canción que no querías escuchar tan pronto… es hora de irse, vuelves rápidamente a tu grupo, que ahora si está todo reunido y te das cuanta que todos te miran con cara de “pucha, que mala suerte, para la próxima será”. Vuelves a tu casa derrotado, cansado, con el ego herido, con un dolor de cabeza, de pies y una cara de trasnoche horrible…

Te acuestas en tu cama, solo, abrazas la almohada y te duermes con el pensamiento: “el próximo sábado… el próximo”.

Los días pasan y te juntas al “happy hour” en la semana con tu mejor amigo, para “copuchar” de lo que paso aquel desafortunado sábado, pero este no llega solo, y para rematar te dice: “Te presento a mi pareja” tú te quieres morir, pero repentinamente de la nada aparece otro individuo y te dice: “Ah! Él es amigo de mi pareja”. Se sientan y en la tercera o cuarta ronda empiezas a notar que para tu amigo ya no existes y está encerrado en la mirada de su nueva “adquisición” y no te queda otra que entablar una conversación con “El Amigo”…

Cuando llegas de vuelta a tu casa, te sonríes y piensas: “Y yo que pensé que hoy no era mi día”, donde menos lo esperas…
Te acuestas y duermes tranquilo, aún no se te pasa el tren.